Nochevieja 2017 llena de tradiciones cosmopolitas
La rutina de las uvas y el cotillón pierde adeptos al inicio de la mayoría de edad del siglo XXI y los gana brindar en un viaje y con las costumbres del destino

Año Nuevo y Nochevieja son momentos mágicos llenos de costumbres y rutinas que hemos vivido desde niños. Como todo lo que rodea a las fiestas navideñas, la ilusión y la manera de celebrarlas cambian con la edad, pero nadie puede negar el especial simbolismo de despedir un año, con sus experiencias buenas y malas, y recibir al nuevo año, del que siempre esperamos lo mejor.
De vivir el fin de año en familia pasamos a celebrar la Nochevieja con los amigos, y de ahí a hacerlo con la pareja o parejas de amigos, antes de regresar al principio para volver a estar en casa con nuestros hijos. Uvas, televisión, cotillón, concierto de Año Nuevo desde Viena, saltos de esquí… una rutina que poco a poco se va cambiando por escapadas y viajes según la edad y la economía: desde casas rurales y cruceros, hasta viajes exóticos para recibir el año en las antípodas, todo vale con tal de creer que el año será mejor cuanto mejor comience.
Y es precisamente en esa idea en la que se basan todas las tradiciones que tienen que ver con la magia, la suerte, la salud y el amor… aunque varían entre unas culturas y otras. Sin embargo, estas celebraciones que antes eran muy llamativas por el desconocimiento que teníamos, se han convertido en simpáticas y hasta son imitadas dentro de la aldea global en la que vivimos a golpe de clic digital.
Fuegos artificiales en las Torres Petronas durante la nochevieja
Año Nuevo y Nochevieja son momentos mágicos llenos de costumbres y rutinas que hemos vivido desde niños. Como todo lo que rodea a las fiestas navideñas, la ilusión y la manera de celebrarlas cambian con la edad, pero nadie puede negar el especial simbolismo de despedir un año, con sus experiencias buenas y malas, y recibir al nuevo año, del que siempre esperamos lo mejor.
De vivir el fin de año en familia pasamos a celebrar la Nochevieja con los amigos, y de ahí a hacerlo con la pareja o parejas de amigos, antes de regresar al principio para volver a estar en casa con nuestros hijos. Uvas, televisión, cotillón, concierto de Año Nuevo desde Viena, saltos de esquí… una rutina que poco a poco se va cambiando por escapadas y viajes según la edad y la economía: desde casas rurales y cruceros, hasta viajes exóticos para recibir el año en las antípodas, todo vale con tal de creer que el año será mejor cuanto mejor comience.
Y es precisamente en esa idea en la que se basan todas las tradiciones que tienen que ver con la magia, la suerte, la salud y el amor… aunque varían entre unas culturas y otras. Sin embargo, estas celebraciones que antes eran muy llamativas por el desconocimiento que teníamos, se han convertido en simpáticas y hasta son imitadas dentro de la aldea global en la que vivimos a golpe de clic digital.
En España el recibimiento al año nuevo va unido a las tradicionales doce campanadas acompañadas por las uvas de la suerte. Pero que no te engañen, que su origen no está precisamente en un excedente de fruta a principios del siglo pasado, ya que varias décadas antes los periódicos de la época ya se hacían eco de la iniciativa, al principio no muy bien vista, pero que acabó convirtiéndose en icono nacional de este día con el marco de la Puerta del Sol y la televisión en directo.
Junto a las uvas del día 31, las carreras de San Silvestre también forman parte del acervo de esta jornada, aunque la moda de correr ya no distingue ni horas, ni días ni modalidades. Tampoco falta la superstición de llevar alguna prenda interior roja para atraer el amor, ni sumergir una pieza de oro en la copa con la que brindaremos como símbolo de atracción del dinero y suerte para el año que comienza.
Pero cuando eso ocurra en la medianoche, la isla Kiritimati, en el archipiélago de Kiribati -océano Pacífico- y que en castellano se traduciría como isla Navidad, llevará ya 13 horas en el nuevo año al ser el primer huso horario del planeta en recibir al Año Nuevo, aunque desde el 2011 comparte ese privilegio con las islas de Samoa y Tokelau, ya que sus respectivos gobiernos decidieron adelantar su horario en 60 minutos.
Nuestros países vecinos guardan ciertas similitudes con nosotros, y así, en Portugal despiden el año con el pavo como plato estrella y con pasas. En algunos lugares los espectáculos pirotécnicos son los protagonistas de la fiesta, como en Madeira, que desde 2006 está en el ‘Libro Guinness de los Records’ por este motivo.
En Italia no puede faltar cenar un plato de lentejas para despedir el año porque se piensa que así el nuevo vendrá cargado de abundancia y dinero. La tradición, que data de la Antigua Roma, llevó a usar estas legumbres como símbolo de las monedas, y así cuantas más lentejas se coman, más riqueza se tendrá. También viene de Italia la simbología de llevar la ropa interior de color rojo.
En Francia lo más destacado es la cena familiar, que se conoce como ‘Réveillon de la Saint-Sylvestre’, y que sirve para unir a la familia y a los amigos en la última noche del año.
En Austria y Alemania la tradición de este día la marca fundir una pieza de plomo al calor de una vela. Cuando se consigue, el plomo se sumerge en un cubo de agua fría para que vuelva a recuperar consistencia y, en función de la forma que coja, se hace una predicción de lo que deparará el nuevo año. Esta costumbre recibe el nombre de ‘Bleigiessen’ que, traducido, significa adivinación a través de los metales. En el país germano también se deja comida en el plano en la cena de Nochevieja pensando que así se asegura una despensa llena a lo largo del siguiente año.
En Reino Unido la famosa puntualidad británica no podía faltar en esta fecha, aunque es una obviedad teniendo en cuenta que todo el mundo se rige este día, más que ningún otro, por las manecillas del reloj. Allí el ‘first footing’ se ha convertido en una tradición, y es que es así como se conoce a la práctica de llegar el primero a visitar a familiares o amigos después de las 12 campanadas, aunque por primera vez en la historia reciente no será el Big Ben quien las dé por las obras de restauración que lo tendrán en silencio hasta 2021. Si además, esa primera visita del año va acompañada de algún regalo, como dinero o comida, se asegura que no faltará nada de eso durante los siguientes 12 meses.
Las familias en Escocia intentan asegurarse hoy que la primera persona que entre en la casa después de la medianoche sea un hombre apuesto, alto y de pelo negro. Estas son las características relacionadas con la suerte, así que el primer hombre que entra en otra vivienda determinará la fortuna de la familia en el nuevo año, que siempre será buena si el hombre en cuestión llega con whisky debajo del brazo como regalo.
En Irlanda, quienes buscan éxito en el amor durante el nuevo año ponen debajo de su almohada una baya o un muérdago antes de irse a dormir, así que los solteros son los más fervientes practicantes de esta tradición con la esperanza de encontrar pareja.